Después de varias semanas sin escribir, no quería despedir el mes de abril sin una entrada en el blog. En 1927 Werner Heisenberg enunció el principio de incertidumbre, que viene a decir algo así como, que el observador por el mero hecho de estar ahí, introduce una variable de indeterminación que altera los resultados de la realidad que se está analizando.
Considero que ha llegado el momento de que esa variable de indeterminación venga cargada de optimismo e ilusión, como difunde y defiende de una manera extraordinaria el gran Emilio Duró. La sociedad en la que vivimos está sumida en la más profunda de las crisis. Y esta no es tanto por el problema financiero global que estamos viviendo, sino por la negatividad y la desilusión que se está apoderando de nosotros como reacción al entorno. Traduciendo este principio a nuestro día a día es claro que sí somos capaces de crear un entorno de pensamiento positivo y emprendedor seremos capaces de afrontar y superar el momento actual, pero si seguimos sumidos en el miedo, el conformismo y la negativa el efecto sobre el entorno será desastroso ahora y durante los próximos años. Cómo dice Oriol Segarra “sólo hay una forma: no esperar a que ningún líder haga nada, sino hacerlo tú. Y si cada uno en su ámbito cambia, todo cambia. La forma de avanzar es convertirse cada uno en el cambio que quiere a su alrededor”