"El hombre nunca sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta" Charles Dickens

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miércoles, 12 de octubre de 2011

Dirección de Operaciones: UPDATE


El origen de la Dirección de Operaciones se remonta a finales del siglo XIX cuando aparece el capitalismo financiero, que promueve la concentración económica, al mismo tiempo que se dan importantes avances tecnológicos que permiten la expansión productiva. Con la Revolución Industrial se pasa a una División de los trabajos para conseguir especialización, y posteriormente aparece el Estudio de Métodos y Tiempos. A finales de los años 20 se automatiza la producción y aparece el concepto de Estandarización dentro de las cadenas de montaje. La década de los 40 pone en auge la Investigación Operativa. Y entre los 50 y 60 la Dirección de Operaciones pasa integrar la cadena de valor de la empresa y empiezan a desarrollarse filosofías y herramientas para resolver los problemas concretos que van surgiendo. La evolución de la informática en la década de los 70 hace que herramientas como MRP, MRP II, CRP, DRP, PMP, etc. se popularicen, y solo se ven eclipsadas por la nueva corriente que proviene de Japón en los años 80 de la mano de Toyota.
Han pasado 30 años y se puede hablar, que excepto las contribuciones del Instituto Goldratt durante la década de los 90,  poca innovación ha habido dentro del área de operaciones. En un mundo empresarial e industrial en constante evolución, resulta al menos curioso que sigamos usando o hablando de implementar este tipo de filosofías y/o herramientas. En mí opinión la falta de profesionales cualificados, convencidos, con autoridad y capacidad dentro de una organización para llevar a cabo estos importantes cambios es una debilidad que todavía no se ha resuelto. Además este tipo de proyectos de mejora continua se inician con mucha ilusión, que se ve retroalimentada por los resultados iniciales, que suelen ser exponenciales. Pero la realidad es que cuesta mucho esfuerzo mantener ese impulso innovador diario, y finalmente la mejora deja de ser continua y se estanca. Otro obstáculo importante, sobretodo hoy en día, es que el horizonte de implantación de estas filosofías supera en algunos casos el horizonte de visión estratégica de la compañía (que suele ser de 2 o 3 años a lo sumo) y hace plantearse si realmente merece la pena acometer un proyecto dentro de un marco estratégico cambiante.
Mí conclusión es que, en el momento actual la Dirección de Operaciones se vuelve una función principal dentro de las compañías que pretendan sobrevivir en el mercado global, que aporta valor a los productos/servicios, además de competitividad, y que esta función se debe desarrollar en toda su magnitud, pero perfectamente alineada con la estrategia global y de una forma coherente y estructurada, entendida dentro de un modelo sistémico. Ha llegado el momento de sacar todo el “stock acumulado” en forma de conocimiento, y rentabilizarlo aplicándolo para conseguir valor. Ha llegado la era del “Just in Time” del talento, cualquier cosa que aprendamos o innovemos que pueda aportar valor, hay que ponerla en marcha y no almacenarla.